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Jeffrey D. Sachs: Necesidad contra codicia

Algunos de vosotros me habéis comentado que os parece una buena idea que compartamos a través de este foro algunas noticias relacionadas con su temática que de otra manera nos podrían pasar desapercibidas en la prensa diaria. No puedo dejar de hacerlo con esta reciente noticia, en la que de nuevo se trata el tema del cuestionamiento al modelo de crecimiento actual de la mano de un teórico tan reconocido como es J. Sachs.

 

JEFFREY D. SACHS  06/03/2011

El gran líder moral de India Mohandas Gandhi dijo la famosa frase de que hay suficiente en la Tierra para las necesidades de todos, pero no suficiente para satisfacer la avaricia de todos. Hoy la visión de Gandhi se está poniendo a prueba como nunca antes.

 La economía en EE UU de los multimillonarios, de la industria petrolera y de otros sectores clave

El mundo está alcanzando límites globales en su uso de los recursos. Estamos sintiendo los golpes cada día en forma de inundaciones, sequías y tormentas catastróficas y en el consiguiente aumento de los precios en el mercado. Nuestro destino depende ahora de si cooperamos o somos víctimas de una codicia autodestructiva.

Los límites a la economía mundial son nuevos y se derivan del tamaño sin precedentes de la población mundial y la expansión nunca antes vista del crecimiento económico en casi todo el planeta. Actualmente 7.000 millones de personas habitan la Tierra, en comparación con solo 3.000 millones hace medio siglo. Hoy en día, el promedio de ingreso per cápita es de 10.000 dólares; pero en el mundo desarrollado es de alrededor de 40.000 dólares y de unos 4.000 dólares en los países en desarrollo. Eso significa que la economía mundial está produciendo alrededor de 70 billones de dólares por año, en comparación con alrededor de 10 billones de dólares en 1960.

La economía de China está creciendo en torno al 10% anual. India está creciendo casi a la misma velocidad. África, por largo tiempo la región de crecimiento más lento del mundo, muestra ahora un promedio de crecimiento de aproximadamente el 5% del PIB anual. En general, los países en desarrollo están creciendo en torno al 7% anual y las economías desarrolladas en torno al 2%, lo que da un promedio mundial de alrededor del 4,5%.

Esta es una muy buena noticia en muchos aspectos. El rápido crecimiento económico en los países en desarrollo está ayudando a aliviar la pobreza. En China, por ejemplo, la pobreza extrema se ha reducido de más de la mitad de la población hace 30 años a alrededor del 10% o menos en la actualidad.

Sin embargo, hay otra cara de la historia de crecimiento global que debemos entender con claridad. La economía mundial crece a un 4,5% por año y, a ese ritmo, se encamina a duplicar su tamaño en menos de 20 años. La economía mundial actual de 70 billones de dólares llegará a los 140 billones de dólares antes de 2030 y a los 280 billones de dólares antes de 2050 si extrapolamos a partir de la tasa de crecimiento actual.

Nuestro planeta no podrá sustentar físicamente este crecimiento económico exponencial si dejamos que la codicia tome la delantera. Incluso hoy, el peso de la economía mundial ya está aplastando la naturaleza, agotando rápidamente los suministros de recursos energéticos de combustibles fósiles creados hace millones de años, mientras que el cambio climático resultante ha conducido a una gran inestabilidad en función de precipitaciones, temperatura y tormentas extremas.

Vemos estas presiones todos los días en el mercado. Los precios del petróleo han subido a más de 100 dólares por barril, a medida que China, India y otros países importadores de petróleo se unen a Estados Unidos en una lucha masiva por comprar suministros, especialmente de Oriente Próximo. También los precios de los alimentos se encuentran en máximos históricos, lo que contribuye a la pobreza y la inestabilidad política.

Por un lado, hay más bocas que alimentar, y con mayor poder adquisitivo en promedio. Por otro lado, las olas de calor, sequías, inundaciones y otros desastres provocados por el cambio climático están destruyendo cultivos y reduciendo la oferta de cereales en los mercados mundiales. En los últimos meses, las regiones productoras de cereales de Rusia y Ucrania se han visto afectadas por graves sequías, y enormes inundaciones han afectado a Brasil y Australia. Otra sequía amenaza la zona productora de cereales en el norte de China.

Hay algo más, muy peligroso y que no se advierte con facilidad. En muchas áreas populosas del mundo, incluidas las regiones productoras de cereales del norte de India, del norte de China y del Medio Oeste estadounidense, los agricultores están recurriendo a aguas subterráneas para el riego de sus cultivos. Los grandes acuíferos que abastecen de agua para el riego se están agotando. En algunos lugares de India, el nivel freático ha descendido varios metros al año en los últimos años. Algunos pozos profundos se están acercando al punto de agotamiento y se prevé un aumento de la salinidad a medida que el agua del océano se infiltre en el acuífero.

El desastre es inevitable, a menos que cambiemos. Y aquí es donde Gandhi entra en juego. Si nuestras sociedades se rigen por el principio de la avaricia, con los ricos haciendo todo lo posible para enriquecerse aún más, la creciente crisis de recursos producirá una brecha cada vez mayor entre ricos y pobres, y muy posiblemente a una lucha cada vez más violenta por la supervivencia.

Los ricos intentarán utilizar su poder para obtener más tierras, agua y energía para sí mismos, y muchos de ellos apoyarán medios violentos para hacerlo, si es necesario. Estados Unidos ya ha seguido una estrategia de militarización en Oriente Próximo con la ingenua esperanza de que este enfoque pueda garantizar un abastecimiento seguro de energía. Ahora se intensifica la competencia por los suministros, a medida que China, India y otros países compiten por los mismos recursos que, además, se están agotando.

Una toma de poder similar se intentó en África. El aumento de los precios de los alimentos está llevando a la apropiación de tierras, a medida que políticos poderosos venden a inversionistas extranjeros grandes extensiones de tierras de cultivo, dejando de lado los derechos tradicionales de tierras de los pequeños agricultores pobres. Los inversionistas extranjeros esperan utilizar grandes explotaciones mecanizadas para generar productos destinados a la exportación, dejando poco o nada para las poblaciones locales.

En los países de mayor peso -Estados Unidos, Reino Unido, China, India y otros- los ricos han disfrutado de cada vez más altos ingresos y un creciente poder político. La economía de Estados Unidos es rehén de los multimillonarios, la industria petrolera y otros sectores clave. Las mismas tendencias amenazan a las economías emergentes, donde la riqueza y la corrupción van en aumento.

Si la codicia prevalece, el motor del crecimiento económico agotará nuestros recursos, marginará a los pobres y nos llevará a una profunda crisis social, política y económica. La alternativa es un camino de cooperación política y social, a escala nacional e internacional. Habrá recursos suficientes y prosperidad para todos si convertimos nuestras economías para que hagan uso de fuentes de energía renovables, prácticas agrícolas sostenibles y un régimen tributario razonable para los ricos. Este es el camino a la prosperidad para todos a través de tecnologías mejoradas, justicia política y conciencia ética.

 

Fuente: El País

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Comentario por Carmen Martí el marzo 28, 2011 a las 10:09am
 

Hola Cristina!

Insisto en que esta iniciativa está funcionando estupendamente gracias a vuestra implicación! Así que soy yo, en nombre de la Fundación ÉTNOR, la que os da las gracias a todos y todas por vuestra participación en la comunidad.

Comentas varias cosas muy interesantes en tu intervención, empezando por el final, me quedo con la llamada "espiral del silencio", expresión que nunca había oído pero que creo refleja muy bien la realidad. Es cierto que si nos sentimos parte de una minoría nos cuesta más dar nuestra opinión, pero como estáis viendo en este foro, creo que reflexiones como las que tú y María hacéis respecto a este asunto no son una minoría. Seguro que habéis descubierto opiniones de compañeros/as que nos sabías que pensaban muy parecido a vosotros/as en temas relacionados con la política, con el medioambiente, con el asociacionismo. Por eso son importantes iniciativas como éstas, o cualquiera otras que os hagan hablar de las cosas que de verdad os importan, establecer foros donde compartir y también discutir sobre los grandes temas para poder asociarse y actuar contra las cosas que nos parecen injustas.

Sin embargo, yo no creo que el mundo que tenemos y las cosas que nos disgustan sean consecuencia de la falta de voluntad de las personas sin más. Cabe no olvidar que las empresas, los gobiernos, y las instituciones económicas tienen un enorme poder y son las que tomas las decisiones. ¿Quiere esto decir que la sociedad civil no tenemos nada que hacer y qué decir? No, tenemos mucho que decir, y como dices tenemos poder para cambiar las cosas, pero inevitablemente las decisiones se toman en otro lugar. No hay más que ver la cantidad de políticas sociales frustradas en EE.UU. que Obama ha intentado llevar a delante y ni siquiera él ha podido.

Comentario por Cristina Centeno el marzo 22, 2011 a las 9:03pm

Hola chic@s!

 

Estaba ojeando los foros y no he podido dejar de fijar mi atención en este post. Antes que nada decirte, Carmen, que estoy de acuerdo con María en que, entre todos, estáis haciendo un trabajo increíble. ¡Felicidades!

 

En cuanto al artículo de Sachs por mucho que queramos taparnos los ojos o mirar para otro lado, la realidad es así, tal y como él la cuenta.  Hay que reconocer que el desquiciado uso que estamos haciendo de los recursos naturales está provocando que en la misma medida en que aumenta su consumo, disminuya el número y su regeneración. 

- ¿Solución?

- A estas alturas... complicada.

En mi opinión, todo problema social, cívico y demás tiene su origen en el modo en que hemos sido educados, en nuestro entorno, en la falta de concienciación, etc. Jorge, en su post, se preguntaba por qué no hemos detenido esto antes, y la respuesta es que nos hemos conformado como una sociedad egoísta, despreocupada, que busca la simple satisfacción de las necesidades presentes sin pensar en las consecuencias..., en resumen, como decía Ghandi, que busca "satisfacer la avaricia de todos".

Existe la posibilidad de utilizar nuevas fuentes de abastecimiento, es decir, ante la escasez de ciertos materiales, buscar otros que resulten más económicos y que sean renovables. Pero la sociedad todavía no ha aprendido a aprovecharlos debidamente y no se da cuenta de que su utilización y explotación resulta más rentable. Aunque, eso sí, la verdadera solución reside en un uso responsable tanto de los materiales escasos como de los sustitutivos.

No hacemos más que quejarnos a nivel individual de la alta subida de precios como la del petróleo o los alimentos, pero todo queda en esa conversación de sobremesa o en la hora del café. Como decía María, nadie o casi nadie hacemos nada por actuar. Estoy de acuerdo con Carmen en que el asociacionismo podría ayudar a dar voz a los "sin voz" y a ejercer presión para mostrar el disconformismo ante estos problemas, pero, desgraciadamente, es una tendencia que está de capa caída. No nos damos cuenta del poder que tenemos ante los grupos de poder, pues, al fin y al cabo, ellos se benefician de nosotros y somos el único peldaño que realmente puede combatir y encaminar nuestra situación hacia otras alternativas.

Recuerdo una clase de sociología a la que asistí hace un par de años y en la que nos explicaron una teoría llamada la Espiral del Silencio. Esta teoría dice que es menos probable que un individuo dé su opinión sobre un determinado tema entre un grupo de personas si siente que es parte de la minoría, por miedo a la represión o aislamiento por parte de la mayoría. Creo que esta teoría explica el por qué parece que no exista opinión entre la sociedad, pues yo creo que todos somos conscientes de los problemas que nos rodean (y más de este del que estamos hablando, pues nos toca de cerca), pero preferimos cobijarnos en el silencio y dejar que la masa decida por nosotros. ¿Y quién controla la masa? Los grupos de poder, es decir, el lucro.

Comentario por Carmen Martí el marzo 14, 2011 a las 1:38pm

Hola María:

Gracias por tu comentario y me alegro enormemente de que estéis disfrutando y aprendiendo con esta iniciativa de participar en la comunidad. Espero que cuando acabe el curso sigáis aportando vuestras reflexiones!

Estoy totalmente de acuerdo contigo en que mucha gente estaría dispuesta a hacer algo, pero no sabe qué. A mí también me pasa, uno se siente pequeño e insignificante ante problemas de tal magnitud, y te preguntas ¿qué puedo hacer yo? Precisamente esta es una de las consecuencias del debilitamiento del tejido asociativo, como analizó José Ángel Moreno hace sólo unos días en el Seminario ÉTNOR. Individualmente es todo muy complicado, aunque como hemos tratado en otros foros, existe una responsabilidad individual y el ciudadano como ciudadano político y como consumidor tiene mucho poder y mucho que decir. Pero las asociaciones de cualquier índole tienen más voz y mayor repercusión que los individuos aisladamente. También estas plataformas virtuales son una manera de dar voz a las personas, de movilizarnos, de tejer una sociedad civil cohesionada. No sé si pensáis lo mismo...o se os ocurre otro modo de avanzar en esta dirección.

Un abrazo, y seguir así de activos!!

Comentario por Maria Breva del Valle el marzo 13, 2011 a las 10:42pm

Hola Carmen! En primer lugar, decirte que he estado echando un vistazo a la comunidad, y me parece muy interesante cada una de tus intervenciones. Ésta me ha llamado especialmente la atención al ser un tema de actualidad y que personalmente considero importante.

Después de leer todos los datos numéricos, que una cosa es tener una ligera idea, y otra es verlo directamente, me he dado cuenta de que efectivamente, y como dice Sachs, hoy más que nunca se está poniendo a prueba la visión de Gandhi. Vivimos en una sociedad consumista, y al llegar a este punto, en el que queremos innovaciones de todo tipo al precio que sean, todas las grandes instituciones se pelean, gastando y haciendo la boca agua a una sociedad que, efectivamente, pretende saciar su avaricia más allá de su necesidad. No nos hemos dado cuenta o, más bien, no nos hemos querido dar cuenta hasta que nos lo hemos encontrado de narices y hemos estirado las posibilidades hasta el límite. No obstante, aún hay tiempo para dejar atrás la codicia y el egoísmo, aún se puede pensar en el mundo en el que vivimos, y hacer lo posible para dejar de destruirlo, que es un proceso lento, pero cada vez más cercano.

De todos modos, a estas alturas ya se ha dado cuenta todo el mundo de la situación, pero actuar y hacer algo para remediarla es otra cosa. Quizá el problema sea ese, el miedo a actuar o ya la dejadez de no hacer nada creyendo que no hay solución. No mucha gente parece predispuesta a colaborar (yo la primera, no quiero excluirme), y si no es un trabajo conjunto, no se llegará a demasiado. Aunque, eso sí, por algo se empieza.

Comentario por Carmen Martí el marzo 12, 2011 a las 12:34pm

Hola Jorge!

Pues la verdad es que depués del desastre que estamos viviendo estos días tras el terremoto de Japón, siendo el aniversario ayer del 11-M, con los conflictos del mundo árabe encabezados por el dictador Gadafi...no es raro estar un poco pesimistas :-) Como bien dices, hasta que no tenemos el problema enfrente no reaccionamos, pero como dice Sachs, es tiempo ya de reaccionar, y de construir el mundo que realmente queremos para vivir; un mundo equitativo y justo o un mundo con enormes desigualdades, que es lo que ahora mismo estamos construyendo. Lo primero es ser conscientes, y lo segundo actuar. Precisamente nuestro próximo seminario ÉTNOR tratará sobre el cambio climático y las consecuencias de nuestra economía actual para él. Sé que estáis en Castellón pero si podéis acercaros seguro que nos aporta mucho a la reflexión.

Un saludo y gracias por tu comentario!

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