La mentalidad de ganancia unida a una actitud individualista es algo que imperado prácticamente desde tiempos inmemoriales, y que actualmente en el pleno siglo XXI sigue igual y plenamente vigente.
Y es con esta concepción con la que surgió el concepto empresa que en la actualidad se utiliza, uno o unos (los socios), son los que buscan la ganancia solamente para ellos, siendo el resto de los participantes o involucrados en esa empresa, el medio para obtener la pretendida y mencionada ganancia.
Luego entonces, la empresa se ha convertido en el estigma para la obtención de riqueza para unos cuantos, pocos han sido los grandes pensadores en al menos los pasados dos siglos, en considerarla como una organización de beneficio social en el más amplio de los sentidos.
Con este esquema de apoyo a un sector social determinado o para la sociedad en conjunto, se pueden clasificar las llamadas empresas sociales. Empresas sí, pero que requieren tener el “apellido” social para estén fuera de la clasificación tradicional.
En estas empresas su propósito es al revés de lo que tradicionalmente se ha considerado, la ganancia obtenida es el medio para un fin social, y su personal y todos los involucrados es el instrumento para alcanzar una utilidad para un grupo social determinado o para la sociedad en conjunto.
Este nuevo tipo de organizaciones buscan modificar el estigma tradicional de lo que se considera una empresa, una entidad como se mencionó al inicio, para la obtención de ganancias para solamente unos cuantos.
¿Llegará un día en que el pensar en una empresa lleve implícito el concepto social sin tener que ponerle el “apellido social”? O dicho de otra forma: ¿Pensar en términos sociales?
Es un hecho evidente que vienen creciendo en forma significativa los llamados “negocios sociales” en todo el mundo, los cuales vienen a representar un cambio de mentalidad tradicional de lo que es y para qué sirve una empresa. Empresarios que buscan la ganancia o riqueza de manera muy diferente a lo que viene siendo el estigma de la empresa imperante durante muchos, muchos años.
Esta dicotomía entre lo individual y lo social se viene presentando de manera clara en lo que se entiende como empresa, siendo por ello necesario hablar de empresas o negocios sociales, para diferenciarlas de aquellas que buscan lucrar para un solo dueño o nos cuantos que no toman en cuenta a la sociedad pero que si logran su utilidad a través de ella.
Tal vez ahora nos encontremos en el umbral de una nueva era en la cual el componente social sea más considerado, y por ese mismo hecho de estar en el comienzo, la mentalidad individualista se resiste a desvanecerse.
Los estigmas no tienen que ser necesariamente eternos, y así como llegaron pueden irse. De la misma sociedad depende no quedarse en el umbral y convertirse en una sociedad donde todos sean socialmente responsables en el amplio sentido del término.
Darse cuenta que la responsabilidad social es un concepto que siempre ha existido, pero que en esta nueva era está siendo revalorado, pensando que somos personas que aunque suene tautológico somos sociales.
Seguiremos platicando …
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