Considero que en la mayor parte de la literatura relacionada a la responsabilidad social a la que he tenido acceso, ya sean libros o artículos, muy poco o nada se hace alguna relación con la economía, ciencia que de alguna manera se maneja y es operada de forma independiente.
Esta poco o nula conexión, tal vez se deba a que la economía es manejada desde la óptica financiera primordialmente, lo cual si bien esto es válido, no toma en cuenta que en el fondo su palanca principal es el comportamiento humano, es decir, actitudes y valores de quienes tienen dinero como de quienes lo necesitan, y más todavía de aquellos que lo administran.
Es posible que solamente en el mundo académico se recuerde y mencione que el origen de esta ciencia se debe a un profesor de ética, Adam Smith, quien en sus escritos habla de la motivación del productor y del comerciante para operar en el mercado, y dicha motivación es una actitud eminenteme humana basada en la ética.
Así por ejemplo se habla de aspectos básicos como el Producto Interno Bruto, la inflación o la tasa de interés por mencionar algunos, como si fueran aspectos ajenos al comportamiento humano, cuando en todos ellos está inmersa la responsabilidad social, ya que su comportamiento, tanto positivo como negativo, tiene una motivación humana y por consiguiente un resultado o efecto también en las personas.
Como es sabido, la economía surge de la escasez, y su propósito es administrar los recursos de la mejor manera posible precisamente por dicha escasez, y esa administración debe ser, según enseñó Adam Smith, para beneficio del ser humano, que ayude a mejorar su bienestar material y eventualmente un medio para alcanzar la felicidad (algo personal y subjetivo).
Y en ello está inherente la responsabilidad social, en tener como objetivo el mejor manejo y uso de los recursos para el beneficio de toda la sociedad.
Desafortunadamente creo, la economía, y sobre todo en su parte financiera, se ha desvirtuado buscando la ganancia para unos cuantos, prueba de ello son las crisis vividas en el año 2000 y más todavía la que se presentó en el 2008, si vale ganar claro, pero no a cuenta de otros.
Por lo anterior, el gobierno, sin importar su color o tendencia política, tiene la responsabilidad social de que el Producto Interno Bruto aumente, que la inflación disminuya, todo ello en beneficio de la sociedad. Y que los mercados financieros no se conviertan en un juego de azar donde haya pocos ganadores y muchos perdedores.
A las empresas que en términos jurídicos se les ha dado el calificativo de persona moral, que efectivamente actúen como personas y que el calificativo moral lo pongan en práctica y no se utilice este término como un mero calificativo sin ningún tipo de sentido ético.
Todo lo anterior pueda sonar utópico, sin embargo es necesario recordarlo y hacer énfasis en ello y tal vez, la responsabilidad social sea la base de las relaciones económicas que en su base son sociales.
Seguiremos platicando …
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