AH… ESA INSISTENCIA POR EL CAMBIO…
No cabe duda: todos estamos por el cambio…
¿Y si usted no cambia? Simple y duro, lo cambian.
Muchos teóricos han llamado incesantemente
a hacer permanentes reingenierías
tanto en la empresa como en la sociedad,
que lleven a olvidar “todo”
lo que hemos hecho y elaborado hasta hoy…
porque todo está irremediablemente equivocado.
¿Verdad completa, mentira a medias?
Tema complejo y que requiere bastante más que este librillo.
Lo que si estamos plenamente seguros
es que la empresa y los criterios organizacionales
están viviendo profundos cambios.
Lo podemos graficar con dos figuras:
La empresa del siglo pasado era fuerte,
estable, inamovible, de movimientos previsibles y programados.
¿La podríamos señalar como un enorme elefante?
La empresa y la organización del siglo XXI
ha asumido la agilidad, simpleza, polifuncionalidad,
rapidez, movilidad como sus principales características.
¿La podríamos señalar como una pequeña gacela?
Ese es el cambio: de elefante a gacela…
Ese es uno de los ejes de estas reflexiones
que ahora le presentamos y ofrecemos
para que puedan ser trabajadas en su comunidad laboral.
UN AÑO PARA NO DEJAR DE VER EL BOSQUE Y LOS ARBOLES
El año 2011 ha sido definido como el Año Internacional del Bosque en todo el planeta.
Así lo aprobó la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de diciembre de 2006.
El objetivo es formar y tomar conciencia del valor del bosque y del desarrollo sostenible que podemos crear si lo usamos bien.
Un bosque no es sólo madera; es palanca económica, es integración sociocultural, es un centro de actividad humana y animal, es un protector y sanador de ambientes para la vida humana… ¿Podríamos llamarlo como “compañero de ruta” en el camino de hominización, de evolución permanente del ser humano?
¿Y SI MI ORGANIZACIÓN FUERA UN BOSQUE?
La idea de la ONU es valiosa para la tierra y también la podríamos hacer valiosa para nuestra empresa, colegio o fundación, reconociendo en ella el "gran bosque" que en realidad es.
Sabemos que los bosques y las personas siempre se han vinculado y creado culturas antiquísimas en esa relación, la que además les permitió colaborar en mutuos procesos de cohesión y supervivencia. Un bosque cuida a la gente, la gente cuida al bosque y juntos, bosque y gente, construyen la cultura, los valores, el respeto por la vida, etc
¿Qué relaciones prácticas podríamos sacar en esta relación bosque-empresa, bosque-organización?
Las funciones primarias de un bosque, entre otras, son la producción, la protección del medio ambiente y la conservación de la diversidad biológica y de los recursos hídricos.
Y la empresa, ¿cómo se vincula con estos aspectos?
- La producción, el servicio y la calidad de sus resultados deben responder a estándares predefinidos y evaluables.
- La relación con el medio implica para la empresa, en primer lugar, vincularse con el entorno social (al aportar bienes y servicios), mejorar la calidad de las personas y organizar acciones RSE –responsabilidad social empresarial. También implica vincularse con el medio natural, al diseñar procesos limpios a partir de un desarrollo sustentable.
- La valoración de la diversidad entre las personas, en sus perspectivas de vida, sus concepciones de mundo, sus opciones y valores, sus cualidades y potencialidades.
La empresa de hoy… ¿un bosque organizacional?
Por lo general, la mirada hacia el bosque se hace desde una visión consumista y productivista, lo que conlleva a la depredación de este recurso y también a la extinción de otras especies animales y vegetales.
Algo similar puede ocurrir con la empresa, al direccionar todas sus energías hacia la producción y el crecimiento infinito. Ciertamente, una empresa sin producción de bienes, no es empresa; como también una empresa solamente con producción de bienes, tampoco lo es.
Es seductor poner todo el énfasis en las cadenas productivas, ya que éstas son ciertas, objetivas, evaluables, mensurables, comerciables. Pero la empresa, como el bosque, también tiene un enorme conjunto de valores intangibles, que al no ofrecer la misma visibilidad que los productos, tiende a ser desperfilado en la gestión organizacional… No vemos todas las funciones, áreas y potencialidades del bosque, como tampoco vemos los muchos objetivos complementarios a la meta productiva de la empresa.
Volviendo a la pregunta inicial: ¿Existen relaciones prácticas en esta relación bosque-empresa, bosque-organización?
Muchas, si ponemos atención y las queremos ver:
Al mirar el bosque podemos revisar nuestras estrategias y prácticas laborales a fin de que favorezcan el clima interno de la organización y que exista un orden sostenible interno que valore el desarrollo de las personas en el trabajo.
Nuestra organización tiene un enorme y complejo bosque interno con elementos perennes y caducos.
Un bosque puede tener árboles de hojas permanentes, que asemejan a los valores, visión, tradiciones, cultura, que forman el ADN de la identidad corporativa. Esto se expresa en el valor por sobre todo que damos a la dignidad de la persona humana. Son valores que no caducan, que están en la base la cultura cristiana occidental.
Pero también en el bosque existen “árboles de hoja caduca”, relación que podemos traspasar a la organización, cuando debemos saber “perder”, dejar, rechazar, cambiar, mejorar todo aquello que no está ayudando a la convivencia y productividad.
Existen experiencias, procesos que caducan, prácticas decrépitas y precarias que deben evolucionar para llegar a descubrir nuevas estrategias y propuestas creativas y pertinentes.
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