10 IDS -IDEAS- PARA HACER DE NUESTRA ORGANIZACIÓN UN CORPORATIVO, CREATIVO Y PRODUCTIVO BOSQUE
1. Un bosque es una zona con identidad.
Si buscamos lo que entiende por bosque el Diccionario de la Lengua Española (RAE, 22 ed. 2001) nos encontraremos con la siguiente respuesta: “Sitio poblado de árboles y matas. Abundancia desordenada de algo, confusión, cuestión intrincada. Barba”… ¿Qué le parece a usted?
Ciertamente, es una definición que no hace justicia a la grandeza del bosque… el bosque ES mucho más: no es un conjunto de árboles, a pesar de que ellos están; es efectivamente una enorme comunidad de flora y fauna diversa, con complejas interrelaciones y equilibrios internos. Tampoco es “desordenado y confuso”, tiene rigurosos ciclos, que se cumplen naturalmente, un ordenamiento perfecto al servicio de la propia vida del bosque y, por cierto, al servicio de las personas y sus comunidades.
El bosque, como la organización, tiene una identidad colectiva, que lo define específicamente. Cuando la pierde y se convierte en zonas para la agricultura, la ganadería, la industria y explotación intensiva para chips, papel y madera… se transforma por nuestra acción en un espacio sin vida o bien en áreas para cultivos breves y pastizales, siembras de árboles de crecimiento rápido… se termina por matar su identidad.
Esa identidad está dada también por las capacidades de respuesta de la organización hacia las exigencias de su entorno: sus raíces no solamente trabajan para darle soporte, estabilidad y alimento. La identidad del bosque también se expresa en los trabajos a favor de su entorno al detener la erosión, dar fertilidad al suelo reciclando hojas y material sin vida y construir canales que facilitan la integración de aguas lluvias hacia las napas y ríos subterráneos. Sus raíces son verdaderas bombas, que filtran, infiltran y recargan las aguas subterráneas, que se transforman en reservas de uso futuro.
Estos elementos son un símil para enfatizar la importancia que tiene la creación de identidad en tres niveles: al interior de la empresa (autoconcepto y autoestima organizacional) y al exterior de ella, al lograr una positiva identidad que le otorga el entorno social a la empresa.
El tercer elemento de identidad organizacional se construye en la vivencia de las personas y sus equipos de trabajo. Ellos no son “árboles” (sujetos aislados) plantados y produciendo; son una comunidad enorme y diversa en donde cada uno aporta decididamente a los objetivos organizacionales.
Un trabajador identificado con su empresa logra quitarse el rótulo de “mano de obra” para ser “corazón en obra”, “mente en obra”, “persona en obra”… Las expresiones anteriores no son palabras bonitas, teorizaciones… constituyen la base estratégica, productiva y humanizadora de la organización del tercer milenio.
Para reflexionar y compartir…
2. Los bosques producen intercambios de materia y energía con el medio
El bosque sana, protege el suelo, absorbe y desvía las radiaciones, precipitaciones y vientos, maneja la humedad, limpia y va creando tanto energía interna como hacia su entorno, lo que ayuda a su ecosistema a intercambiar MATERIA y ENERGÍA con el medio ambiente en que vive.
Cuando el trabajo humano y su loca economía, tienen un mayor impacto en la materia y energía del bosque, mediante la deforestación, especialmente en la tala de los árboles más altos, se produce el deterioro de las plantas de menor altura, perdiendo así la capa formada por el humus y la cubierta vegetal que crea una verdadera alfombra protectora.
Este impacto en la energía del bosque, que expone el suelo a la erosión del viento y la lluvia y reduce la capacidad de retención de agua y del proceso de transpiración por falta de árboles, lo que finalmente va cambiando el clima global.
El sol, los árboles, la energía, la fotosíntesis nos permiten vivir, respirar y alimentarnos, obtener energía, plantas y animales, poder crecer y multiplicarnos.
Toda organización humana provoca un fuerte intercambio de materia y energía, tanto con los grupos humanos que la conforman internamente como con su entorno y entrega bienes y servicios necesarios para la vida de las personas. Esa es la forma en que la empresa aporta en la construcción de un desarrollo a escala humana.
Para reflexionar y compartir…
3. El bosque es un ecosistema, un lugar de vida, de producción y reproducción
El bosque es un gran centro de procesos y convivencias internas, crea vida, trabajo, genera empleo, interacciones internas, nutrientes para nuevas plantaciones.
Es una co-creación de muchos factores y actores, capaz de crear sinergia, un efecto comunitario mayor que la suma de los aportes individuales.
Al igual, la organización es un centro de intercambios de ideas, de generación de propuestas entre los diversos niveles de competencia y responsabilidad empresarial.
El buen ambiente de diálogo y comunión no libera de responsabilidades productivas y de rendición periódica de cuentas que expliciten los niveles de logros y las formas de liberarnos de impedimentos que restringen metas mayores.
Sintetizando, podríamos decir que un bosque es un multiproductor desde diversos ángulos:
Para reflexionar y compartir…
co-responsable de la empresa?
4. El bosque genera una enormidad de redes colaborativas
Hemos comentado cómo el bosque va creando relaciones con sistemas y subsistemas, con una enorme interconexión de mini-ecosistemas, que funcionan como puntos o nodos de enlace, de comunión e intercambio.
El bosque tiene una experticia como creador de nodos, término que la informática utiliza para definir un punto conector que une dos o más cables o periféricos, es una intersección de elementos diversos, pero que se conectan y orientan para lograr un objetivo que les da unidad de proyecto y sentido.
Si nos fijamos en algo tan simple como la diversidad de “carreteras” o nodos que crea el bosque para sus pequeños insectos polinizadores, veremos que mediante una enorme interconexión de hojas, ramas y troncos, les permite llegar hasta los lugares más complejos y alejados.
Siguiendo con otro ejemplo, podemos decir que el bosque posee también una compleja red de raíces. Es así como en los bosques húmedos sus raíces se pueden alejar horizontalmente hasta cien metros de la base del árbol y, verticalmente, hasta 30 metros bajo la superficie.
Estas redes, mediante temperatura y humedad altas, aceleran la descomposición de las hojas, nutriendo con una capa de materia orgánica y humus el crecimiento del bosque, especialmente el tropical que guarda las mayores reservas de la humanidad.
Los nodos en el bosque permiten el flujo continuo de los ciclos naturales, como el del carbono o la fotosíntesis, que nos dan vida por medio del oxígeno producido en las plantas verdes que absorben el dióxido de carbono de la atmósfera (veneno para el humano) y liberan oxígeno. Ellos respiran y viven del dióxido de carbono, al igual que las personas necesitamos el oxígeno… Son capaces de transformar un veneno en fuente de vida.
Podríamos decir que los “nodos” tienen en los “nudos” a sus antónimos, a aquellos puntos que impiden la interconexión, el trabajo colaborativo, la confluencia hacia objetivos organizacionales.
Un nodo es un punto servidor, un nudo es un punto soberbio, individualista, competitivo, desconfiado y descomprometido y desvinculado con las necesidades de otros sub sistemas y de procesos que requieren de su colaboración, para llegar a buen término.
Una dirección atenta a los nodos y nudos del bosque organizacional, es capaz de transformar la negatividad de grupos o personas creadoras de nudos, en una administración y estructuras que animan el trabajo en equipo, compartir los talentos y competencias para el desarrollo laboral interno, la iniciativa personal, relaciones distendidas, respetuosas, afectuosas, en ambientes iluminados, ordenados, gratos, armónicos.
Para reflexionar y compartir…
5. El bosque regula los equilibrios del ambiente
El bosque afecta la conservación del clima y los microclimas, va creando equilibrios mediante el vapor de agua, los niveles de humedad, las temperaturas frescas y la detención de la violencia del viento. Esta influencia del bosque en el clima facilita la vida humana y de diversas especies.
Un bosque regula los equilibrios. ¿Y qué pasa con nuestros equilibrios? Son la base de convivencias sanas, nos evitan estar determinados y condicionados por nuestros impulsos e instintos, para ayudar a orientarnos hacia un sentido y control de nuestra de vida, respondiendo por ella, ya que únicamente desde la responsabilidad personal se puede contestar a la vida, según el decir de Viktor Frankl.
El equilibrio personal y organizacional está dado por un crecimiento armónico en las dimensiones humanas, materiales y espirituales. Una empresa no es solamente una herramienta productiva y generadora de dividendos para sus socios. Es principalmente una herramienta social para el servicio a los demás, es un valor trascendente que se expresa en una empresa ciudadana, vinculada y comprometida con el desarrollo de las comunidades sociales de su entorno.
El equilibrio nos sitúa, nos entrega una hermosa libertad, especialmente dirigida a cuatro dimensiones: nos conecta con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza y con Dios creador constante de todo, en todo y con todos.
El equilibrio nos hace más audibles nuestras diversas áreas que nos van conformando como personas integrales: “Podemos ser exitosos en crear corporaciones de desarrollo comunitario, bancos comunitarios y viviendas comunitarias, pero una comunidad rica en objetos y pobre en espíritu no puede ser vista como desarrollada... El desarrollo comunitario en los bienes materiales es necesario, pero no suficiente sin un desarrollo de la conciencia humana... El desarrollo comunitario debería empoderar en las dimensiones, material, racional, y espiritual de la vida”. (King y George, 1987)
En la medida en que el equilibrio personal y organizacional se hacen presentes, podremos:
Para reflexionar y compartir…
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