Si bien la responsabilidad social ha sido aplicada y utilizada en el ambiente empresarial o de negocios, considero que tiene otras tantas aplicaciones precisamente en las relaciones humanas.
Y una de esas otras aplicaciones a la que me refiero es a la NEGOCIACIÓN, que me atrevo poner en mayúsculas. Es prácticamente una ley no escrita que todo aquel que pase a ocupar un puesto gerencial o superior se le prepare o al menos tome un curso de negociación, bajo el argumento que le será necesario en el puesto que ocupe.
Sin embargo, considero que la negociación no solamente le será necesaria sino además indispensable, y no solamente en su nuevo puesto sino también en cualquier relación humana, ya sea en su trabajo, en la calle y en su relación personal con su pareja y familia.
Me atrevo también a decir que a la gran mayoría de personas, sino es que a todas, no se nos preparó para la convivencia humana, ya sea en la casa con los hermanos o con los padres; y mucho menos en la relación con los compañeros de clase en la escuela, ni con nuestros compañeros en el centro de trabajo.
La primera relación social que tenemos como humanos, la desarrollamos de manera instintiva y desafortunadamente no siempre bien, poco se nos hace conscientes de la existencia “del otro”, ya sea el hermano, el condiscípulo o el compañero de trabajo. Y es en este aspecto donde hace falta que se aplique y ponga en práctica la responsabilidad social,
Y es en esta toma de conciencia de la existencia de “ese otro”, y es en donde interviene la negociación, ya que ese otro también piensa que tiene los mismos derechos que tenemos, ya sea por ser hermano o compañero de clase o de trabajo, o sencillamente por ser un humano como todos los demás.
Bajo este enfoque la responsabilidad social inicia de alguna manera con la negociación, el percatarnos de la existencia de ese otro, y, por lo tanto, socialmente tenemos que aprender a convivir negociando los intereses encontrados que puedan existir; las diferencias en las formas de hacer y de pensar siempre van a existir por la sencilla razón de que no todos pensamos igual, pero eso no autoriza a nadie a descalificar al otro.
Aunque pueda sonar exagerado, considero que de la misma forma que se nos enseña desde primaria las tablas de multiplicar y las reglas de la gramática, de la misma forma se debería enseñar que toda relación, ya sea social o comercial está basada en la negociación, y por lo tanto se debe de enseñar la negociación bajo una perspectiva de ganar-ganar, y no bajo el esquema del llamado juego “suma cero”, considerando este último como un sinónimo de supremacía.
En prácticamente toda actividad humana se convive en forma tácita o expresa con otra persona; y no hay una preparación de relaciones humanas y por consiguiente tampoco de negociación que se presenta en todo momento; en pocas palabras no se toma conciencia de la responsabilidad de esa convivencia en las relaciones sociales.
Seguiremos platicando …
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