LA CRISIS: UNA OPORTUNIDAD PERDIDA PARA EL CAMBIO DE PARADIGMA ECONÓMICO Y SOCIAL Y UNA EXCUSA PARA LOS RECORTES DEMOCRÁTICOS

[Angel Crescencio Martínez Ortiz]

Desde que estalló la crisis en Estados Unidos, allá por el año 2007, mucho se ha escrito sobre sus causas, sobre las hipotecas subprime, la burbuja inmobiliaria, la libertad absoluta de los mercados, etc. y poco sobre sus consecuencias. Este comentario quiere referirse a las posibles consecuencias de la crisis, tanto de aquéllas sobre las que se ha escrito y hablado mucho como de las que no se ha escrito y hablado tanto, pero sobre todo, de estas últimas. De aquello que podría haber ocurrido y que no ha ocurrido, aunque algunos soñadores todavía vislumbren la posibilidad, quiero decir que se ha perdido una oportunidad para cambiar el paradigma social y económico dominante, emigrar desde un paradigma liberal en el que la sociedad es el medio para mejorar los resultados de una economía globalizada, hacia un paradigma comunitario, quizá de tipo sistémico, en el que la economía es una herramienta al servicio de la construcción social, de la construcción de cierto tipo de comunidad, aquélla que es solidaria con sus miembros y con sus vecinos. ¡Qué bien encaja aquí ese discurso de la ética empresarial y de la Responsabilidad Social Corporativa!, pero qué lejos sin embargo queda de esta nueva realidad post crisis. De las consecuencias de las crisis de las que no se ha hablado tanto, me gustaría referirme al recorte de la democracia. La clave de esta forma de gobierno está en la participación del pueblo en la toma de decisiones sobre asuntos que afectan a la colectividad, o al menos, en la capacidad de aquél para elegir a aquellos gobiernos que deberán tomar estas decisiones. De acuerdo con esta pequeña definición lo que podemos constatar es que la crisis está sirviendo como excusa para reducir cada vez más la participación ciudadana en el gobierno de las cosas públicas. El primer paso en este sentido, se ha dado con la reforma laboral. Este texto legal aspira a limitar en extremo la negociación colectiva entre los representantes de los trabajadores y los empresarios, así como la fuerza vinculante de los convenios, un derecho recogido en el artículo 37 de la CE. Pero este recorte no ha quedado ahí. Últimamente se está poniendo en cuestión el derecho de huelga, derecho fundamental reconocido por la CE, en su art. 28, aunque eso sí, se está haciendo con argumentos que evitan el tufo de la imposición. Se está poniendo en cuestión este derecho recurriendo a argumentaciones económicas, tecnológicas, etc. Se nos dice que hay que sustituir la huelga con otras iniciativas que se pueden realizar a través de internet que son más cómodas y más baratas; realizar la huelga cuesta dinero así que es mejor sustituirla por una campaña a través de internet. Dentro de poco nos dirán que es mejor sustituirla por una carta a los reyes magos, así todos contentos.