EL ESPACIO PÚBLICO SERÁ, EN EL FUTURO, UN ESPACIO SIN MEDIADORES SOCIALES

[Angel Crescencio Martínez Ortiz]

No es la primera vez, que afirmo que los libros de historia hablarán de los tiempos actuales como un período de cambios que se iniciaron en al año 2007, cuando el crash del sistema financiero arrastró al sistema económico político liberal hacia su transformación, si no hacia su fin.

Creo, sin embargo, que no somos conscientes todavía, que estamos protagonizando lo que luego recogerán estos libros como signos del cambio inexorable que se avecinaba. Esta falta de toma de conciencia me induce a pensar que todavía estamos a tiempo de decidir cómo concluirá esta etapa de cambio; pero para que no erremos en la decisión, será necesario que las organizaciones políticas que regulan la acción social tomen conciencia de la necesidad del cambio y abandonen su conservadurismo natural.

Esta deriva onto y filo genética que las organizaciones políticas, principalmente partidos y sindicatos, deberían emprender para encarar el futuro de otra manera, a la manera de La Primavera Árabe,  el movimiento Occupy Wall Street o el 15 M, etc., parece no producirse, con lo que sin duda, están contribuyendo a que el espacio de lo público, en el futuro, sea un espacio diferente, sin mediadores, de acción directa, un cuerpo a cuerpo entre los representantes políticos  y los ciudadanos, que solo los Dioses pueden garantizar que sea en situación de igualdad.

 La ceguera de las organizaciones para detectar lo que el momento presente les demanda (mayores cotas de democratización, actuación ética, compromiso, preocupación por el interés general, etc.), provocará que sea la acción directa la forma en la que acontezcan las cosas en el espacio de lo público, y puede que entonces la ceguera actual contribuya a que la ciudadanía, libre de representantes, se vuelva más activa, más participativa,  pero ésta es solo la posibilidad que se le presenta a un comunidad ilustrada, preparada para pensar y actuar por sí misma, que no da señales de vida todavía.