Manuel Marín: “España no tiene un problema de liderazgo sino de haber roto con las reglas elementales de la democracia”

[Fundación ÉTNOR]

¿Qué nos está pasando? A esta pregunta buscaba dar respuesta Manuel Marín, Presidente de la Fundación Iberdrola en su participación en el Seminario ÉTNOR de Ética Económica y Empresarial. Marín recordó los emotivos días que acababan de vivir muchas de las personas que fueron protagonistas de la transición española durante el funeral de Adolfo Suárez. “Todos recordábamos como en aquella época sentíamos el orgullo de ser un modelo: la transición, la Constitución, los Pactos de la Moncloa, la adhesión a la Comunidad Europea, eran parte de un modelo de entendimiento político y económico.

Un país que había conseguido enterrar sus demonios, en el que se pactaban las cosas, se miraba la historia y éramos modernos y pragmáticos. Esto nos llenaba de orgullo y teníamos un alto sentido de autoestima colectiva”. ¿Y qué ha pasado entonces? “Que no hemos sido capaces de darnos cuenta de que las reglas de nuestra democracia se iban poco a poco degradando”. “Si algo nos caracteriza a los españoles es la notable capacidad para estropearnos. Y el otro día nos dio la impresión de que nos estábamos estropeando”, afirmaba el que fuera presidente del Congreso de los Diputados y de las Cortes Generales de España en la VIII Legislatura.

A lo que añadió, “España no tiene un problema de liderazgo sino de haber roto con las reglas elementales de la democracia”. “Nuestro sistema institucional está lleno de rotos, de goteras y de desconchones, particularmente aquellas reglas que no están escritas. Y un país se arregla con reglas e instituciones”. “No se puede ejercer un liderazgo político o moral si las reglas de la democracia están perturbadas y si las instituciones prácticamente están controladas todas con el mando a distancia.”

Marín apelaba a la responsabilidad de todos, “hay que hacerse una pregunta correctiva de qué hemos hecho mal. Todos somos responsables de lo que ha pasado, partidos mayoritarios, minoritarios y también los ciudadanos. Es un problema moral de ética política, de ética ciudadana. De las 10 legislaturas de la democracia sólo 4 han sido mayorías absolutas. Lo que quiere decir que la gobernanza española se ha hecho con la participación fundamental de las minorías en un 60%, así que en los rotos institucionales hay muescas de todos, y el ciudadano tiene que empezar a ejercer su papel, se necesita un ciudadano muy crítico”.

El expresidente del Congreso apeló también a la responsabilidad de los medios de comunicación “el aspaviento mediático impide un poco reaccionar. El discurso ha sido sustituido por el canutazo de 15 segundos. Y este es uno de los males definitivos. El titular se ha cargado definitivamente el contenido y las escenificaciones han roto el sistema de las estrategias. En consecuencia, desde esta práctica es imposible ejercer un liderazgo”.

En cuanto a la solución para salir de la situación en la que nos encontramos Marín afirmaba que “lo fundamental es recuperar el tono institucional para que las instituciones ejerzan su liderazgo. España no necesita líderes personales sino un liderazgo institucional. O recuperamos el liderazgo social y las reglas de la democracia o España no se va a recupera a corto plazo”. A lo que añadía “sin PP y PSOE trabajando juntos esto no se arregla”. “La solución pasa por una experiencia histórica que no ha existido en España nunca y que es la de un gobierno de coalición nacional con una agenda abierta pactada por todos”. “Y que el ciudadano se sienta feliz de haberlo conseguido, que recuperemos esa autoestima colectiva. Esta es la medicina que necesitamos, que este país vuelva a organizarse de nuevo”.

Marín quiso terminar con dos citas célebres que recogían el contenido de su intervención. La primera de Jean Monnet: “los hombres pasan, las instituciones permanecen”. Y otra de Norberto Bobbio “los pactos de la política son por definición precarios y coyunturales. La fuerza de la democracia son sus reglas y sus instituciones”.