Comunidad ÉTNOR

Foro de debate sobre ética y responsabilidad social en empresas y organizaciones

Me permito reproducir en este blog un breve artículo con forma de carta que acaba de publicarse en la revista  Acontecimiento (nº, 103, 2012, 2), que edita el Instituto Emmanuel Mounier. En este caso, el dossier central lleva por título “Cartas a una sociedad en crisis” y recopila cartas imaginarias remitidas a personajes arquetípicos de nuestra sociedad que, por una u otra razón, desempeñan un papel decisivo en la crisis que padecemos: el político de derechas, el político de izquierdas, el banquero, el trabajador, el desempleado, el jubilado, el joven, el sindicalista, el indignado, etc.

Los amigos de la revista me solicitaron una “carta a un empresario”, que copio a continuación por si tuviera algún interés para los seguidores de la Comunidad ÉTNOR.

Un saludo afectuoso.

CARTA A UN EMPRESARIO

Sr. D. Fulano Martínez

                                                                                Presidente

                                                                                Sociedad Española de Confecciones (SECO) (*)

                                                                                                                   Madrid, 25 de mayo de 2012 

Sr. Presidente:

 

Me permito dirigirle estas líneas en representación de la organización social Escrutinio Empresarial (EsE) (*), que, como espero que quizás ya conozca, centra su actividad en el seguimiento, análisis y evaluación del grado de responsabilidad social de las grandes empresas españolas. Algo que nos parece relevante siempre, pero mucho más en las muy duras circunstancias por las que atraviesa nuestro país a causa de la crisis.

 

Una vez finalizado el análisis de todas las empresas del IBEX 35 que por estas fechas hacemos cada año (**), quería ante todo transmitirle nuestra felicitación: SECO ha conseguido el primer puesto del colectivo analizado en el ranking de responsabilidad social empresarial (RSE) que elaboramos.

 

En este sentido,  debo comunicarle que su  empresa ha conseguido una puntuación particularmente elevada en las tres siguientes facetas:

- Las políticas de acción social que desarrolla su fundación en el terreno asistencial y cultural.

 -  La amplitud y adecuación a los criterios internacionales  de su Informe de Responsabilidad Social.

- La calidad formal del Código de Conducta de su grupo empresarial.  

 

No son, desde luego, los únicos ni los más significativos componentes de la RSE, que tiene un carácter integral y que afecta a todas las vertientes, áreas y actuaciones de la empresa. Pero son aquellos en los que SECO (y la inmensa mayoría de las empresas analizadas)  obtiene mejor calificación. Por eso, esta primera posición debe verse matizada por las muy bajas calificaciones que todas las empresas del colectivo y la propia SECO obtienen en la mayoría de las restantes dimensiones estudiadas.

 

Con todo,  no podemos dejar de hacer algunas consideraciones incluso sobre estas tres actuaciones más destacadas:

 

- Las actividades de su fundación parecen decididas sin ningún tipo de participación ni de valoración por parte de los potenciales colectivos beneficiarios ni por otros agentes sociales. No se ofrece tampoco ningún tipo de información sobre el valor social añadido realmente por las actuaciones, aportándose sólo datos del  gasto en cada actividad. Extraña también que las cuantías dedicadas a comunicación sean similares a las de realización de las actividades.

 

-   La sofisticación y amplitud del Informe de Responsabilidad Social de SECO no evitan, sin embargo, defectos que en EsE consideramos relevantes: sigue siendo un informe prácticamente incomprensible para la mayoría de la población; no pasa de ser sólo un muy atractivo recuento de actuaciones positivas, pero sin ninguna información relevante sobre los impactos sociales y ambientales negativos, lo que impide una valoración objetiva de la calidad real de los comportamientos de la empresa; la presunta auditoría que ha realizado del Informe una entidad especializada no deja de ser una amable y muy superficial supervisión sin ninguna pretensión crítica y con escaso rigor; las informaciones recogidas en el Informe responden sólo a lo que la empresa quiere informar, pero de ninguna forma reflejan lo que las diferentes partes interesadas (accionistas, clientes, proveedores, empleados, comunidades locales donde la empresa opera, expertos, organizaciones sociales…) quisieran conocer de la empresa para poder valorar objetivamente la forma en que las afectan sus actuaciones.

 

- Pese a la indudable pormenorización de los criterios recogidos  en el Código de Conducta, la empresa no facilita ninguna información de su aplicación ni de las consecuencias que está teniendo ni de la existencia de canales confidenciales, fiables y seguros para que tanto los empleados como cualquier observador externo pueda denunciar al departamento que gestiona el Código acerca de la existencia de prácticas y de personas que lo vulneran. Circunstancias que pueden alimentar la sospecha de que no es sino un ejercicio de imagen, pero sin efectos prácticos para mejorar realmente la calidad ética de las actuaciones.

 

Sea como fuere, y como antes le apuntaba, no son estas las deficiencias más importantes que observa EsE en la actuación de SECO. Hay otros aspectos que nos parecen mucho más significativos de su responsabilidad social efectiva. Para no extenderme más de lo que es razonable, sólo apuntaré cinco.

 

  1. SECO, que pese a la crisis ha seguido consiguiendo cifras de beneficios considerables, ha iniciado varios procesos de deslocalización de plantas en nuestro país sin ningún tipo de diálogo ni con los sindicatos ni con las comunidades afectadas (y sin devolver las ayudas oficiales concedidas para las instalaciones). Así mismo, y al amparo de la crisis y de la reciente reforma laboral, SECO ha planteado severos procesos de despidos y de recorte de las condiciones salariales.
  2.  Estas duras condiciones no parecen haber afectado a la alta dirección de la empresa, que, en conjunto,  ha incrementado su remuneración en los últimos cuatro años muy por encima del alza de beneficios y del salario medio, en el marco de un abrumador ensanchamiento de la brecha salarial. En concreto, su remuneración personal (sin incluir las generosas aportaciones a planes de pensiones que cada año recibe) supera en la actualidad en 90 veces el salario medio de la empresa (***).
  3.  Organizaciones sociales internacionales han denunciado las condiciones de producción y servicio que exige SECO a pequeños proveedores de países en desarrollo, que, para satisfacerlas, imponen inhumanas condiciones de salubridad y trabajo a sus empleados.
  4. Así mismo, diferentes organizaciones sociales han denunciado las dos  grandes factorías textiles que SECO está construyendo en América Latina y en el Sudeste de Asia, que están generando efectos ambientales dramáticos en las zonas de construcción, están desplazando comunidades indígenas de su hábitat natural con indemnizaciones no negociadas y ridículas y mantienen condiciones laborales de extrema dureza en las plantillas contratadas en la construcción.
  5.  Finalmente, SECO (como el 80% de las empresas del IBEX 35) opera en diferentes paraísos fiscales, eludiendo el control y la fiscalidad de la Administración Pública española. Al mismo tiempo, el ya muy relevante negocio de venta on-line de SECO radica íntegramente en las Islas Seychelles, paraíso fiscal donde SECO no tiene ninguna planta operativa y sólo cuatro empleados, pero dónde registra un beneficio (sin tributación alguna) que, para no perder las formas, podríamos calificar como espectacular.

 

A este respecto, quisiera concluir esta carta de felicitación con unas consideraciones finales:

  1. Las actuaciones por las que ha conseguido el primer puesto de nuestro ranking no afectan al núcleo central de la actividad (y por tanto, de la responsabilidad) de SECO, sino que en buena medida se sitúan en el ámbito de la imagen.
  2. Todos los expertos coinciden en que una empresa responsable es la que no se limita a cumplir con la legalidad (y que, desde luego, no la elude). Por eso, una empresa que (como la suya) obtiene beneficios y presume de responsable no debería actuar con la miopía cortoplacista con que lo hace ni acogerse a facilidades o a lagunas legales para desarrollar deslocalizaciones sin negociación, realizar despidos colectivos no imprescindibles, deteriorar las condicionales laborales, permitir formas de trabajo irresponsable a las empresas que contrata, abusar de su poder de mercado frente a pequeños proveedores o minimizar su contribución económica a la Hacienda Pública a través de complejos procesos de ingeniería fiscal o de puro fraude. Una empresa que, como la suya, presume de responsabilidad social debería (al igual que desarrolla voluntariamente políticas de mecenazgo)  hacer más de lo que la ley puede obligarla a hacer en todos los ámbitos mencionados, contribuyendo a la economía nacional y al respeto de los derechos humanos en la forma en que moralmente debería hacerlo. Algo, por otra parte, que sería rentable a la larga para la empresa.
  3. No parecen, tampoco, ni responsables ni éticos ni decentes  el nivel y el ritmo de crecimiento de los salarios de la cúpula de SECO. Al margen de lo unilateral y poco transparente de su forma de fijación (sin control por accionistas ni empleados), en las circunstancias actuales son niveles y crecimientos  simplemente obscenos.
  4.  Su primera posición en nuestro ranking ha obtenido una puntuación de 3,26 sobre una puntuación máxima posible de diez. Es decir, que ni siquiera SECO consigue lo que podríamos calificar de aprobado. Imagine las puntuaciones de las 34 restantes empresas.

 

Felicitándole de nuevo por ese primer puesto, pero esperando que impulse mejoras reales en la responsabilidad social de SECO, y agradeciéndole su interés, le saluda atentamente,

 

Escrutinio Empresarial

    

Notas:

(*) Entidad ficticia.

(**). Dos entidades españolas realizan realmente análisis anuales de este tipo sobre las empresas del IBEX 35, y ambos de una gran calidad (mucho mayor de la que cabe intuir en esta carta): el Observatorio de la RSC (www.observatoriorsc.org), del que forma parte Economistas sin Fronteras,  y el Observatorio de la RSE (www.observatoriorse.org).  

(***). Este dato corresponde a la brecha salarial entre cúpula directiva y resto de los trabajadores promedio de las empresas del IBEX 35 en 2011,  existiendo empresas con brechas  sustancialmente mayores y correspondiendo a los presidentes distancias salariales en general mucho más amplias. 

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Comentario por José Ángel Moreno Izquierdo el enero 17, 2013 a las 3:56pm

Olvidaba una matización adicional. Creo que nada de lo que señalo en mi comentario anterior se puede achacar a los dos rankings que cito en el artículo, que -como allí señalo- me parecen de notable calidad y rigor.

Comentario por José Ángel Moreno Izquierdo el enero 17, 2013 a las 3:53pm

Como siempre, el maestro Antonio Vives sabe leer en las entretelas de los textos con lucidez proverbial: ¡tiene toda la razón! Y como él ha explicado en más de un artículo, muchos de los rankings de RSE y similares son no poco irresponsables. Seguramente también lo es -por arquetípico- el ficticio del que yo me valgo en mi artículo para hablar de las empresas. Ciertamente, el caso que presento peca de una contradicción en los términos: pero no se aleja demasiado de la realidad de muchas clasificaciones (e incluso premios) de este tipo.  No estaría de más una carta semejante al director de un ranking de RSE.

Comentario por Antonio Vives el enero 17, 2013 a las 3:12pm

Elegante y preciso

Y si el ranking no refleja la responsabilidad social de la empresa, ¿Por qué lo llaman de responsabilidad social de la empresa?  Nosotros somos también pecadores.

Comentario por José Ángel Moreno Izquierdo el julio 5, 2012 a las 9:29am

Muchas gracias por el comentario de Antonio Javierre. Por desgracia, es mucho más realidad que fic.ción: de hecho la carta es una especie de montaje hecho de casos reales de diferentes empresas.

Un cordial saludo

Comentario por Antonio Javierre Montaner el julio 4, 2012 a las 11:33pm

Tristemente es una carta que pudiera ser real y refleja fielmente las debilidades que habitualmente tiene el ejercicio de transparencia.
Muy interesante, oportuna y  enriquecedora.
! Muy buena !

 

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