Abro esta propuesta de debate de un modo un tanto retórico porque mi respuesta inicial es No. Es decir, sí es posible una ética de las organizaciones y de las empresas que no nace de un existir ético de los individuos que las componen, pero sólo en términos formales, o llegado el caso de que esa ética de la organización llegara a plasmarse en acciones y prácticas que superaran lo formal, sí existiría pero en términos muy frágiles y probablemente reducida a ciertos "compromisos".
Quiero subrayar que cuando hablo de una ética de los individuos y enfatizo su existir ético, estoy pensando sobre todo en la asunción del desarrollo personal y profesional. No sólo como una cuestión de autocuidado para una vida buena y feliz, sino para poder ser, precisamente, parte de organizaciones donde se trabaja y donde se hace negocio o se prestan servicios de un modo ético más allá de lo formal, e incluso más allá de los compromisos-escaparate de la organización.
No obstante, me sigue interesando tu razonamiento, ya sea de por qué sí o de por qué no.
Valga como estímulo la secuencia de la película "Diarios de la calle" en la que la protagonista mantiene una conversación -de las que denomino "conversación de crecimiento"- con su padre.
Desgraciadamente no dispongo de enlace al vídeo correspondiente a esa conversación, pero bien puede vales este otro para rfecordar las claves de la película:
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