¿Cuál es la esencia de un liderazgo ético?

[Juan Bautista Nalda González]

 Está claro que aquel que se limita sencillamente a mandar, a dar órdenes sin escrúpulos a quien tiene a su ‘mando’ no forma parte de este grupo de líderes éticos. Por desgracia todos hemos vivido experiencias ingratas de personas que seguían este modelo de actuación. Desde el típico jefe que alcanzó el puesto sin saber muy bien cómo ni por qué, pero que se lo ha acabado creyendo, hasta políticos que cuando llegan al poder, se comportan con un egoísmo sin límites aunque su mensaje es el de comportarse como servidores públicos. También aquellos bien llamados ‘populistas’ que se preocupan de caerles bien a la gente para que le obedezcan y le dejen hacer y deshacer sin miramiento alguno.

El liderazgo desde una perspectiva ética debería ser en mi opinión un camino de maduración hacia la excelencia personal a través del trabajo y del compromiso con los demás, nuestros grupos de interés (accionistas, clientes, empleados, proveedores, sociedad en general..). El líder ético se distingue porque puede pasar como uno de los demás, porque se preocupa por aquellos a quienes lidera, porque busca la realización de todos aquellos de los que es responsable y a los que sirve. No impone la fuerza, sino que se la gana a diario con el ejemplo de su actuación y toma de decisiones justas.

 

Alfred Sonnenfeld, autor del libro ‘Liderazgo Etico’ nos lo explica perfectamente al aseverar que: “hay que darse cuenta de que lo importante es triunfar, pero a largo plazo. Para quien sólo piensa a corto plazo, el fracaso está predeterminado. Es fundamental saber el «para qué» de mis acciones y profundizar un poco más. Solamente de este modo estaré haciendo un liderazgo de servicio a la sociedad y al bien común. Quien sólo actúa de un modo egoísta, queda reducido”.