Así calificó su Presidente, Peru Sasia, la propuesta de Fiare ayer durante su intervención en el Seminario ÉTNOR de Ética Económica y empresarial, como una propuesta de acción más allá de la indignación “para una ciudadanía que ante la sensación de ahogo de no saber qué hacer pueda optar por un camino que merece la pena transitar”. Ésta es su razón de ser desde 2003, fecha de su nacimiento, un momento de máximo esplendor económico donde “la gente nos miraba como las vacas al tren”. Fiare no nace pues como respuesta a la crisis, sino como una “alternativa al paradigma del crecimiento continuo que iba a tener mala o discutible sostenibilidad desde una perspectiva de la justicia y de los Derechos Humanos. Un sistema puede ser sostenible económicamente y tremendamente injusto, simplemente tirando del sistema a los que sobran”, destacaba Sasia.
Desde sus inicios la construcción de Fiare ha estado marcada por un modelo específico que definen como una “red de seguridad organizacional”, una red de organizaciones que comparten esa mirada social de respeto a los Derechos Humanos, a la justicia, del derecho al crédito y sin ánimo de lucro. Una red densa de personas y organizaciones articuladas en torno a un proyecto en el que el interés económico no es prioritario. “La banca ética tiene el reto de ser económicamente sostenible, pero no tiene nada que ver con maximizar el beneficio económico. Atiende de una manera prioritaria el valor social de la actividad”.
Este proceso de constitución ha requerido que los dueños de Fiare, los socios, creyeran en ese proyecto para apoyarlo con sus fondos. Con un ejercicio que Sasia describe como de “arqueología social pura” han conseguido en 10 años contar hoy con 11 redes territoriales, “un tesoro” en todo el Estado, 400 organizaciones y unas 5.000 personas físicas socias con las que han recogido 35 millones de euros de ahorro y han prestado 30 millones de financiación. “Unos números que se podría decir son de “sucursal pequeña”, pero que para nosotros son un logro social al comprobar que cada vez más gente está apostando por este modelo”. “Si quieres formar parte del proyecto -anima Sasia- “deseconomiza” el problema”. “Se trata de quitar el valor del intercambio tasado, recuperar la donación, el altruismo, la solidaridad descentrada. Requiere mucho más que reciprocidad, mucho más que intercambios económicos justos”.
La culminación de este proceso tendrá lugar el próximo 18 de mayo en Florencia, donde Fiare y Banca Popolare se unirán para crear una cooperativa de crédito conjunta para operar en España e Italia y ofrecer los productos financieros que la ciudadanía necesita. “Un proceso que debería culminarse en una cooperativa de crédito ético a nivel europeo”, destaca Sasia.
Ante todo, la propuesta de banca ética de Fiare es “una herramienta de acción política”. Nuestras sociedades están estructuradas sobre cómo nos relacionamos económicamente, por eso la banca ética tiene que ver con desarrollar circuitos económicos distintos. Si prolifera la banca ética proliferarán las energías alternativas, la agricultura ecológica, el comercio justo, el desarrollo de las comunidades, etc. Todo está interconectado. Estamos hablando de reconstruir la lógica de las relaciones sociales. Una alternativa que ponga en cuestión la manera en la que está organizada la economía”.
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