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Foro de debate sobre ética y responsabilidad social en empresas y organizaciones

 

No hay países exitosos con empresas fracasadas. Y no hay empresas exitosas en países fracasados. Olvidarlo puede llevar a errores colosales. Porque tener visión de empresa y visión de país no son líneas paralelas, sino que están íntimamente entreveradas. Y eso conlleva tener claras unas cuantas cosas que en nuestro país no siempre lo han sido. Por ejemplo: que un buen tejido empresarial y una buena cultura empresarial no son el simple apoyo económico para un proyecto de país, sino que forman parte intrínsecamente de él. O que las personas vivimos en sociedades y no en mercados y, por tanto, que es imposible hacer viable una empresa sin atender a la viabilidad de las personas y del país donde opera. O que de la misma manera que toda decisión económica tiene un impacto social, toda propuesta social tiene un coste económico.

Por eso es importante que el Consejo de Cámaras de Catalunya haya lanzado la iniciativa respon.cat, orientada a promover la RSE. Pero conviene ir por partes. Porque en Catalunya aún predomina una visión reduccionista de la RSE. Todavía se asocia a que las empresas hagan buenas obras, den dinero o devuelvan no-sé-qué a la sociedad. Todavía asociamos RSE a acción social o filantropía, lo que gusta mucho a todo tipo de instituciones públicas y sociales que esperan que en nombre de la RSE las empresas les financien sus actividades. Lo que no está excluído, por supuesto, pero no es el núcleo de la RSE. La RSE no le pregunta a la empresa cómo y en qué se gasta el dinero que gana, sino cómo lo gana, da grima repetirlo todavía. Le pregunta por los impactos de su actividad, todos los impactos. Impactos que consideren a los afectados por sus decisiones. Y sin contraponer la S a la viabilidad económica de la empresa, porque eso sería un disparate suicida. Porque cuando hablamos de RSE todavía hay mucha gente que piensa más en la S que en la R y la E. De lo que estamos hablando no es de algunas actividades o prácticas empresariales, sino del modelo de empresa y de la estrategia empresarial. En definitiva: no se trata de tener una estrategia de RSE, sino de tener a la RSE insertada en la estrategia. Dicho de otro modo: hablar de RSE es hablar de qué modelo de competitividad queremos para nuestras empresas y nuestro país. No se trata de la RSE por sí misma, sino de configurar una competitividad responsable y sostenible. Se trata de cómo queremos ser competitivos. Estamos hablando de buena gestión y de qué entendemos por buena gestión.

Esto no es ideología. Es simplemente que las expectativas de la sociedad hacia las empresas han cambiado, y que la gente quiere saber y espera de ellas cosas que antes ni quería saber ni esperaba. Los estudios de opinión lo dicen: si no se modifican ciertas formas de operar las empresas pueden sufrir una crisis de confianza y de legitimidad que afecte también a su viabilidad. El problema en este punto es que en España el discurso sobre la RSE se ha construido sobre los problemas y los riesgos de las empresas cotizadas. Que han hecho cosas muy interesantes, pero no son todas las empresas. La RSE hasta ahora es un discurso sesgado hacia las cotizadas, que no ha entendido ni a las pyme ni a las familiares. El último eurobarómetro, por ejemplo, muestra que los ciudadanos españoles desconfían de la responsabilidad de las grandes empresas, pero consideran mucho más responsables las pyme.

Respon.cat es la oportunidad de impulsar un movimiento de apoyo y desarrollo de la RSE arraigado en Catalunya y en clave catalana. Que contribuya a nuestra diferenciación como país y la de nuestras empresas. Apoyando a la mejora de la calidad de nuestra gestión empresarial ya su competitividad responsable y sostenible. RSE no significa más legislación sino mejores empresas. Esto lo han visto muy claramente los países nórdicos para los que RSE es dar apoyo a la calidad y a la internacionalización de las empresas. La responsabilidad te diferencia y la irresponsabilidad te penaliza, y no al irresponsable sino a todos (ves ahora a Panamá a hacer negocios como empresa española después del numerito de Sacyr). Porque la primera pregunta no es por el coste de la responsabilidad sino por el coste de la irresponsabilidad. Y este lo conocemos sobradamente.

Respon.cat, pues, es una oportunidad empresarial y de país. Porque en RSE se puede aprender pero no copiar, y para las empresas es la posibilidad de mejorar cualitativamente. Y porque la RSE aún no ha sido colonizada por los estados, y en el escenario internacional un país que apueste por la RSE puede ganar reconocimiento y diferenciación.

www.josepmlozano.cat

@JosepMLozano

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