Éxito empresarial, ética y bien común

[Alejandro Fernández Baptista]

Éxito empresarial, ética y bien común

 

            Haciendo un poco de retrospectiva, en el transcurrir de los años cualquier observador puede percatarse que, en nuestros días existe una marcada tendencia por parte los consumidores, sociedad civil, gobiernos, universitarios, empresas, entre otros grupos de interés, sobre la imperiosa necesidad que las empresas se ocupen de incorporar elementos de carácter ético, tanto en sus procesos de toma de decisiones, como en todas sus operaciones. Esto, debido a los escándalos éticos que en los años  sacudieron la opinión pública, tales como, el caso Enron, Parmalat, Arthur Andersen, las empresas punto com, entre otras, generando algún rechazo de parte de algunos sectores de la población mundial hacia la empresa privada, especialmente aquellas de mayor magnitud y sobre todo las llamadas transnacionales, que son vistas como organizaciones que buscan enriquecerse a toda costa.

              Por tal motivo, en los últimos años, se han venido desarrollando una serie de sistemas de gestión ética y de responsabilidad social, algunos tendientes a obtener certificación, como es el caso de Foretica y su sistema SGE 21, encaminados a hacer compatibles el logro de  los objetivos empresariales con los valores y la ética; entendida esta como, la ciencia que estudia y analiza el comportamiento humano en relación con lo que es aceptable desde el punto de vista de la moral, para orientar la vida del hombre hacia el bien, la convivencia  y la felicidad. Por otra parte, el bien común, se deriva de la práctica de una vida tanto en lo personal, familiar, social y organizacional, basada en valores éticos que facilite el logro pleno de las condiciones de vida que permitan alcanzar un nivel de bienestar en todos los aspectos de la existencia humana, es decir; bienes materiales, educación, salud, empleo, recreación, seguridad social, convivencia, entre otros elementos.

            Ahora bien, se hace fácil percibir que existe una relación directa entre, la ética empresarial, el logro del bien común, y el éxito empresarial, lo cual puede lograrse formando al interno de las empresas una cultura ética, definida por Guillen (2008), como aquel tipo de empresa que posee una cultura organizacional cuyos elementos observables y no observables, pueden ser juzgados como éticamente buenos, o lo que es lo mismo, contribuyen al pleno desarrollo humano de sus miembros y al bien común.   Todo lo anterior es posible sin hacer menoscabo, ni descuidar la excelencia en los procesos, la calidad técnica, la rentabilidad, entre otros elementos de la gerencia, es decir; la ética, y la búsqueda del bien común no está reñida con el éxito empresarial, muy por el contario, los valores, así como, la moral corporativa le da sustento, sirve de soporte para que las organizaciones se mantengan en el tiempo, agregando valor a la organización y a la sociedad.

            La ética empresarial, puede hacerse operática por medio de sistemas de gestión ética los cuales son herramientas que facilitan la gestión y la evaluación de las estrategias de responsabilidad social y ética en las empresas, tanto a lo interno de la organización, como a lo externo.  De esta manera, al compaginar las estrategias que buscan mejorar la rentabilidad, por medio de aumentar las ventas, la participación de mercado, posicionar marcas, entre otros indicadores de salud corporativa, con elementos de carácter ético como: la mejora continúa en el aspecto moral de los empleados, el diseño y aplicación práctica de códigos de ética, incorporar elementos éticos en la toma de decisiones, y la búsqueda del bien común, se genera automáticamente un tipo de cultura organizacional orientado a la excelencia, la cual genera confianza ante los públicos de interés y desarrolla una sólida reputación corporativa, activos intangibles que impactan positivamente en el éxito empresarial y la competitividad, además de, otorgar un aporte significativo al bien común de la sociedad, constituyéndose en empresas excelentes en su connotación más amplia.

Dr. Alejandro Fernández Baptista

Vicepresidente del Observatorio Venezolano de ética y responsabilidad social.

Profesor Universitario.

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