Erase una vez una chica. Ella vivía en un lugar tranquilo, con sus aficiones tranquilas y sus costumbres sanas. Al parecer, esta chica ignoraba por completo la maldad como experiencia propia. Era muy poco consciente de cómo iba eso de hacer daño intencionadamente. Un día, salió a su jardín delantero, el cuál cuidaba, y se encontró algo fuera de lo común: Alguien había escrito cosas horribles sobr…
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